CASTELLÓ. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, pasó este jueves por Castelló como un alud, sobre todo en aquello que atañe al sector cerámico, que es de momento invisible para una de las carteras ministeriales cuya actividad más le afecta. Ningún representante de la principal industria castellonense estuvo presente en la Casa dels Caragols ni pudo ver a Ribera. De hecho, buena parte de la industria azulejera ni siquiera conocía la visita de la ministra.
El paso de la responsable estatal de medioambiente por la capital de la Plana deja además dos malas noticias para el azulejo en lo referente a sus reivindicaciones vinculadas con la energía: las plantas de cogeneración están abocadas a desaparecer y no parece que vaya a haber rebaja del Fondo Nacional de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico, que puede suponer gravar a la industria castellonense con 213 millones en impuestos, según denunció en su día la patronal Ascer.