La primera vez que entré en Hermanas Martínez sentí que había viajado a cualquier otro lugar. Nueva York, Londres o Melbourne, quizá. Es un local sencillo, desenfadado y coqueto, nada pretencioso e impregnado de la personalidad de sus creadoras: Marina, periodista gastronómica y Claudia, Doctora en Biología especializada en inmunología y nutrición, a la que llegó debido a sus problemas digestivos. “Cuando salía a comer por ahí, echaba en falta platos ricos pero saludables”, explica. La primera aporta un enfoque muy hedonista y la segunda, el más consciente. Abrieron Hermanas Martínez en 2020, aunque llevaban años con el proyecto en mente. Comenzaron ofreciendo comida para llevar, porque cuando llegó el confinamiento de 2020 estaban a punto de abrir el local, tras dos años de obra y vicisitudes varias. Ahora, es una de las cafeterías con más personalidad de Alicante ciudad, donde ir a tomar un buen café de especialidad, a desayunar su tostada con aguacate y huevos o a comer una ensalada de col kale. Reconocen que hay gente que confunde lo saludable con lo vegetariano, pero ellas apuestan por la alimentación ancestral, por productos que nos da la naturaleza, muy altos en nutrientes y muy poco procesados. “En invierno no hay pepinos por algo, pero sí coles, que es lo que el cuerpo necesita”, justifican.
Marina y Claudia siempre han vivido la gastronomía desde su infancia, ya que en su familia ha estado muy presente. “Hemos viajado comiendo”, cuentan. El trabajo de fin de carrera de Marina fue una revista gastronómica y años después llegó a crear su propio medio, La Rotativa. También impartía cursos de cocina o colaboró con Plateselector. “Yo quería ser uno de esos que entrevistaba”, nos confiesa. Ahora es ella la entrevistada, porque Hermanas Martínez es uno de esos lugares que no pasa desapercibido. Su inspiración fue la cultura australiana, tan devota de los desayunos.