La DANA ha traído consigo una ola de destrucción y otra de solidaridad. Al afectar directamente a alrededor de medio millón de personas, muchas de las cuales aún no tienen gas natural en sus cocinas y han pasado varios días sin agua y sin luz, las necesidades básicas, como el comer, no estaban cubiertas. Muchos hosteleros han sufrido en primera persona la perdida de sus negocios, sus casas, sus vehículos y lo más importante, las vidas de seres queridos. Otros muchos han salido en su ayuda, ofreciendo a los afectados y a los voluntarios comida caliente allí donde no la había. Se han repetido las escenas de furgonetas descargando comida, bien sea enlatada, bien acabada de cocinar. Recopilamos algunas de estas historias –hay muchas más– de fogones solidarios de las muchas que hemos presenciado, y presenciaremos, tras la tragedia
Las Bairetas (Chiva)
Chiva ha sido una de las localidades más afectadas, con multitud de casas destrozadas y donde todavía no se ha restablecido el suministro de gas. “Así que nos pusimos a cocinar a leña, que eso lo sabemos hacer”, confirmaba Pablo Margós de Las Bairetas, donde en coordinación con el Ayuntamiento de Chiva han estado cocinando centenares de raciones para vecinos y voluntarios. “Teníamos que ir improvisando porque los vecinos nos traían comida que se les había descongelado, o de repente teníamos que hacer 300 bocadillos más de urgencia”. Se pusieron a cocinar por su cuenta, y pronto se les unió World Central Kitchen. El domingo, sin ir más lejos, repartieron 1.500 raciones y seguirán ayudando en todo lo que puedan. Además, a partir de ahora “ya se puede acceder a Chiva, así que podemos trabajar directamente con nuestros proveedores. Pero esto va para largo, el gas tardará en llegar, hay gente que sigue fuera de sus casas y por tanto muchos vecinos que no pueden cocinar”, explica Pablo Margós.
Ricard Camarena
“El privilegio de sentirse útil en medio de la desolación, és seguramente una de las emociones más contradictorias que existen” relataba Ricard Camarena. Él se activó de inmediato para cocinar en las instalaciones y con la plantilla de Frescos Delisano y Costa Brava Mediterranean Food, que además aportaron 10 toneladas de producto fresco. Miles de raciones salieron de esas cocinas, desde lentejas a pollo empanado, pasando por albóndigas en salsa o jarrete de ternera. Hasta 25.000 raciones en un día listas para el reparto antes de las 12:00h. Y lo más importante, se han ofrecido muchas más personas a formar parte de ese equipo y les han llegado muchísimas más donaciones de comida de las que podían recibir.
Su primera intención, nos relata Ricard, era ponerse a cocinar en sus cocinas, pero se preguntó “¿Y si en vez de 200 hago 20.000 raciones?”, y encontró en Cheste, gracias a Adam, director de Delisano, el lugar donde hacerlo realidad. A partir de ahí su mujer, Mari Carmen Bunyols, se encargó de recibir las toneladas de alimentos que llegaban de empresas grandes como Makro, de carniceros de toda España y de pequeños supermercados. “A través de Instagram organizamos a un montón de voluntarios para hacer los envíos a Cheste, Montserrat, Chiva, Paiporta, Picanya…”. Una vez recuperada la luz, los Ayuntamientos han informado de que no necesitan tanta comida, y han vuelto a cocinar a menor escala en sus restaurantes. Pero aún así Ricard no va parar de enviar ayuda. Hoy martes, anunciará una iniciativa solidaria junto a otros grandes cocineros.