La vida nos lleva y nos trae de manera vertiginosa, y mi perro Pancho, que está gozando en Morella gracias a mi amiga Montse, ha regresado a su infancia, a esa Alameda, el gran paseo que rodea la ciudad amurallada. Pancho está feliz en su punto perruno de partida. Con sus dieciséis años no ha olvidado el olor de esa tierra, de una primavera que recuerda bulliciosa, viviendo en la eterna casa del portal de Sant Miquel.

Los perros, como las personas, conservan la memoria, sobre todo los recuerdos de la felicidad y de la estima. Mi Pancho ha regresado a Morella y me cuentan que ha enloquecido con los aromas de un primavera deseada. Las personas también regresamos a esas primaveras que nos dejaron los sueños.

La vida nos lleva y nos trae de manera vertiginosa, tanto que nos queda una semana para ir a votar por las Elecciones Europeas. Una cita imprescindible y obligatoria para decidir qué Europa queremos. Qué mundo queremos. El próximo domingo vamos a decidir el futuro inmediato de Europa, un continente que comenzó a caminar para combatir el fascismo, y para generar la mejor convivencia entre los pueblos y países.