VALÈNCIA. Hoy visito Gandia para descubrir el secreto de una buena fideuà, ese plato marinero tan típico de La Safor y cuyo sabor a mar te deja sin palabras. Una felicidad que se repite al llevarte a la boca una cucharada del plato estrella de Gandia y al invadir la zona de la otra persona porque, como con la paella valenciana, se pone en el centro y se come con cuchara —claro, en tiempo de no Covid-19—. Y es en la ciudad ducal, y no en otro sitio, porque solo aquí saben elaborar la auténtica fideuà, aquella que sigue la receta tradicional.
Según explican, el secreto proviene de la lonja del Grao de Gandia, donde cada día traen esos pescados que servirán para elaborar un buen fumet, pero también las cigalas y gambas que se colocan sobre ella. Mis pasos se dirigen hasta allí. Son las nueve de la mañana y, mientras bajo las escaleras que me llevan al puerto, en el horizonte diviso la primera embarcación pesquera. Es la Tramuntana, que partió de madrugada y ahora regresa cargada de esas materias primas que nos regala el Mediterráneo.