Hablamos de Off the Record, encuentro anual desde 2016, entre Madrid y Barcelona y en esta ocasión aquí. En lugar de renombre literario, que toca catar y escribir en el Espacio Larra. Con letras de rebeldía, y no lo sé, tía, pero sí estamos seguros de que cada descorche está tan bueno como el anterior. Alrededor de bodegas que nos encantan y distribuidores capaces de recopilar lo más bonito para hacer nuestras delicias. Con las personas como pilar fundamental, porque, sin su saber hacer, esto no podría ser. En número de hasta cuarenta que se multiplica por tantas botellas que perdemos la cuenta. Y tampoco importa, porque la lucidez nos encuentra para que no perdamos el compás y podamos contarlos en un pispás. Algunos, que todos nos llevarían siglos. En una pequeña selección, conscientes de dejarnos demasiados fuera, pero ya nos ocuparemos de irlos explicando aquí y allá, porque todos son inolvidables, empezando por el Arrayán Garnacha Peluda Rosado 2022 (Arrayán). Sonrosado de los nuestros, suave y lleno de chiribitas preciosas. Con su algo de barro que le concede redondeces de lo más agradecidas. Seriedad que lo que ofrece es todo algarabía, con él y unos chipirones en su tinta.
El Pax North Coast Syrah 2021 (Pax) aparece desde California para sorprendernos, pero que mucho y tan bien. Por peculiar y personal. Que es chulito de largo recorrido y corredor de fondo. Locura de aceitunas negras desmedidas que nos resultan tan interesantes como divertidas. La diferencia que se impone con una puttanesca, por ejemplo.
Nos vamos a Portugal con el Soalheiro Alvarinho Pé Franco 2020 (Quinta do Soalheiro). De arenoso y su poquito de barrica es gustoso de los que sí. Con texturas que son hermosura porque mantienen la mesura. Aromático que marca la distinción del resto y de sí mismo, ya que es de florecillas que adornarán la mesa delante de una cataplana.
El Cortijo de los Aguilares Pinot Noir 2022 (Cortijo de los Aguilares) nos lleva de la mano por tierras rondeñas en paseo que querríamos infinito y a cada rato. La elegancia que convierte la fruta en terciopelo y ciertopelo. Profundidad sin dejar de ser dicharachero, porque es cercanía desde muy arriba y le hacemos una reverencia con una de rabo de toro.