En el verano de 2000, el Valencia FC traspasó a su destacada estrella, Claudio López, a la Lazio por la impresionante suma de 23 millones de euros. Este movimiento se produjo tras una temporada brillante en la que el equipo logró llegar a la final de la Liga de Campeones. Sin embargo, en lugar de fichar a un delantero de élite para reemplazar al "Piojo" López, el club optó por contratar a dos atacantes de nivel medio. Esta decisión desconcertó a muchos, ya que la lógica convencional sugiere que la calidad de un jugador sobresaliente supera la de dos jugadores promedio.
Parte de los fondos obtenidos por la venta de Claudio López fueron destinados a la adquisición del uruguayo Diego Alonso y del noruego John Carew. La llegada de Carew supuso una sorpresa para muchos aficionados, ya que rompía con los estereotipos asociados a los futbolistas noruegos. A diferencia de lo que se esperaba, Carew no encajaba en el cliché de ser rubio y de piel blanca. Ya se le había visto vistiendo la camiseta del Rosenborg BK en temporadas anteriores.
A pesar de su físico imponente, Carew no era el típico delantero centro experto en remates de cabeza y oportunista en el área. Más bien, destacaba por su rapidez y potencia, aunque carecía de precisión en el remate final. A pesar de no ser titular indiscutible, dejó su marca en el Valencia, anotando goles decisivos, como el que eliminó al Arsenal en los cuartos de final de la Liga de Campeones.
Fuera del terreno de juego, Carew era conocido por su personalidad peculiar y su gusto por la vida nocturna. Pasaba tiempo en el pub musical "Indiana" y frecuentaba el restaurante "Pavarotti". Sin embargo, procuraba evitar la presencia de los periodistas, prefiriendo la discreción en su vida privada.
En su última temporada en el Valencia, Carew solicitó ser llamado "Alieu" en honor a su abuelo, resolviendo así el problema de pronunciación que enfrentaban los periodistas deportivos. Después de un breve paso por la Roma, fue cedido al Besiktas y luego emprendió un curioso periplo por varios equipos y países.
Fuera del mundo del fútbol, Carew encontró éxito como actor después de su retiro. Debutó en la pantalla en el thriller canadiense "Dead of Winter" y posteriormente protagonizó la serie "Home Ground". También tuvo un papel en "Maléfica: Maestra del Mal", demostrando su versatilidad en diferentes géneros cinematográficos.
La historia de John Carew en el Valencia FC es un ejemplo de cómo un jugador puede trascender los estereotipos y encontrar éxito tanto dentro como fuera del campo de juego. Su carrera futbolística y su posterior incursión en el mundo del cine destacan su capacidad para adaptarse y sobresalir en diferentes ámbitos.