VALÈNCIA. En el primer pacto del Botànic llevado a cabo por PSPV-PSOE, Compromís y Podem, el relato se construyó en torno a una serie de preguntas cuya autoría intelectual se atribuye a Mónica Oltra para definir la manera de llevar las conversaciones que terminaran en un acuerdo de gobierno: primero el qué, después el cómo y, finalmente, el quién.
Una manera de separar los tres pasos a la hora de llevar a buen puerto la negociación. Empezar por consensuar los objetivos políticos, continuar por la manera de diseñar las estructuras para alcanzar los fines pactados y, posteriormente, elegir a las personas adecuadas para pilotar el proceso de llevarlos a cabo. Lo que se conoce vulgarmente como el reparto de sillones.
Sin embargo, en las negociaciones de las tres capitales de provincia ha aparecido simultáneamente otro elemento a tener en cuenta a la hora de rubricar los acuerdos: el cuánto. Es decir, el aumento de los sueldos de alcaldes, concejales, asesores, así como las cuestiones relacionadas con la estructura de cada grupo sobre el personal eventual.
Es innegable que tiene cierta lógica que se aborden estos asuntos al inicio del mandato dado que la tradición marca que el primer pleno esté reservado a las cuestiones organizativas y un apartado de las mismas se dedica a las retribuciones. Es más, puede considerarse normal que si hay que afrontar una subida salarial para los miembros del consistorio y establecer la distribución de asesores, todo ello se aborde al inicio de la legislatura cuando los distintos cargos toman posesión y empiezan a trabajar. Aunque es necesario subrayar que no es obligatorio abordar o al menos resolver esto de forma definitiva en el primer pleno del mandato.
Tampoco puede soslayarse la comodidad que implica tomar este tipo de decisiones a mediados de julio, una etapa en la que la opinión pública tiene la guardia más baja y con el mes de agosto en el horizonte, un periodo que conlleva cierto reseteo generalizado. A la vuelta de las vacaciones, pocos recuerdan aquella subida de salario o aquel incremento de asesores que ya permanecerá incólume durante cuatro años.
Ahora bien, no deja de ser llamativo que, ya sea por que muchos dan la crisis económica por zanjada y ven sus sueldos bajos, o por que otros consideran que alcaldes, concejales y asesores deben disfrutar de la misma subida salarial del 2,5% que este año han experimentado los funcionarios, en las tres capitales de provincia el asunto que más resuena estos días en los acuerdos es el incremento de emolumentos, personal o ambos a la vez.