VALÈNCIA. Las obras del Nou Mestalla cumplieron el domingo quince años de inactividad desde que el 25 de febrero de 2009 el entonces presidente del Valencia Vicente Soriano confirmara la paralización del nuevo estadio, que, en principio, tenía que estar listo para 2010 pero del que ahora mismo se desconocen los plazos de finalización.
La semana pasada el consistorio con los votos del gobierno municipal del PP y de Vox y los de Compromís ha aprobado encargar una auditoría que establezca el coste real de acabar el estadio con ese proyecto para establecer qué garantías pedir al Valencia para asegurarse que las obras no se vuelven a parar.
Tras ese movimiento, el Valencia decidió no firmar la candidatura de la ciudad para ser sede del Mundial 2030 debido a las posibles sanciones que podría tener en caso de no contar con el estadio finalizado. Según la entidad la decisión llegaba por la incertidumbre sobre la obtención de licencias y los beneficios urbanísticos y según la Generalitat por el acuerdo del Ayuntamiento.
Todo ello ocurre mientras el club y las administraciones esperan el fallo del día 6 e marzo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat (TSJCV) al respecto de la caducidad de la ATE, que puede introducir el enésimo giro de guión en un estadio que parece interminable.