Es por eso que en materia paellera buscamos hoy la opción hedonista más sorprendente que tenemos en el Cap i Casal, ese lugar que parece vivir en verano pero que dentro te hace olvidar en qué estación estás.
Llar Román, templo discreto, de lujo sencillo con una oferta tan sólida y profesional que no parece que (sin que nadie se ofenda) estemos en territorio comanche arrocero. Un rara avis, como este tiempo. Desde los 70 mimando a un auténtico bastión de correligionarios de esos que hacen que un miércoles cualquiera la sala esté llena, o que verano sea su temporada baja.
Por su situación en el mapa esperas del Román una arrocería convencional de la zona, con mariscos congelados, caldos con saborizantes y demás atropellos mirando al mar. Pero cuando en una localización así, este sitiazo regentado por el gran Salva le da las espaldas a la playa para que centres tu atención en la mesa. Ay, amigo! eso es que vas a encontrarte una paella hedonista a la vuelta de la mesa, o mejor dicho, un sinfín de arroces hedonistas memorables.