El Valencia, dos años después de su temporada de doblete, se encontraba en una situación desafiante. Después de una campaña decepcionante, donde las aspiraciones de dominar el fútbol nacional se desvanecieron, el club buscaba recobrar su prestigio. La plantilla, que una vez ofreció un rendimiento destacado, estaba envejeciendo, y las incorporaciones masivas de futbolistas italianos no estaban cumpliendo las expectativas.
Juan Soler, presidente del club en ese momento, estaba detrás de fichajes costosos y poco estratégicos, desde jóvenes promesas como David Villa hasta jugadores con problemas físicos como el brasileño Edu Gaspar. Entre estas incorporaciones estaba Patrick Kluivert, un delantero neerlandés que en su momento sorprendió a Europa al marcar el gol decisivo para el Ajax en la Copa de Europa a los 18 años. Sin embargo, su tiempo en el Milan y el Barcelona estuvo marcado por su elegancia en el juego pero también por su falta de instinto asesino frente al arco.
Kluivert llegó al Valencia con la esperanza de revitalizar su carrera. Aunque tuvo un inicio prometedor en la Copa Intertoto, pronto se evidenció que no estaba en su mejor forma física debido a lesiones recurrentes en las rodillas. Además, su historial incluía incidentes fuera del campo, como un accidente automovilístico fatal y otros problemas legales relacionados con conducir bajo los efectos del alcohol.
A nivel personal, su vida sentimental también estaba marcada por controversias, incluido un divorcio costoso debido a sus infidelidades. En Valencia, continuó con su reputación de conquistador, destacándose una relación con Sonia Monroy, una figura pública conocida por sus vínculos con futbolistas.
Sin embargo, su tiempo en Valencia estuvo marcado por una serie de lesiones que lo apartaron cada vez más de las alineaciones. Aunque tenía un contrato por tres temporadas, el club decidió liberarlo después de la primera temporada debido a sus constantes problemas físicos y su estilo de vida disoluta. Kluivert pasó por otros clubes, como el PSV Eindhoven y el Lille, antes de retirarse definitivamente del fútbol profesional.
En definitiva, la llegada de Kluivert al Valencia estuvo marcada por esperanzas de revitalización, pero su tiempo en el club se vio ensombrecido por lesiones recurrentes, problemas legales y una vida personal controvertida. A pesar de sus habilidades futbolísticas, su paso por el club fue breve y poco exitoso, reflejando una carrera marcada por altibajos tanto dentro como fuera del campo.
