En octubre la inflación se situó en el 7,3 frente al 6,5 de diciembre de 2021, con una inflación subyacente del 6,2 y una previsión de cierre del OCDE del 8,6%, pero que bajará en los próximos dos años, manteniéndose sobre un 4,8 % en 2023 y 2024. Esos datos sirvieron de punto de partida de una mesa redonda que el Colegio de Economistas de Valencia (Coev) celebraba, este jueves, bajo el título 'Inflación y Pacto de Rentas'. Replicamos esa jornada con el Decano del Coev, Juan José Enríquez y el profesor titular de Economía de la Universidad Católica de Valencia y director de la Cátedra Christeyns para el desarrollo de la Economía Sostenible, Juan Sapena.
El profesor y economista recuerda que “la primera vez que se habló de un pacto de rentas fue por los años 70, y ahora parece que tenemos que volver a ella, pero para que de verdad sea efectiva habría que bajar los decibelios de crispación y también tener en cuenta a los autónomos porque parece que no los está teniendo nadie en cuenta”. Y que el Gobierno lidere un pacto de rentas "porque es necesario aportar cuestiones fiscales y sacrificando algo", apunta Enríquez, "como mínimo se debería tratar la deflactación".
Ambos señalan la causa del problema es que se debe a un shock de oferta. Por lo que había que restringir la demanda. Durante la charla se señala la inflación subyacente como elemento preocupante y que ha subido exponencialmente en el último año como expone Enríquez.