El Consell no ha cerrado ninguna de las ocho fundaciones que se encontró en extinción en 2015.
Tres años después, el Govern del Botànic sigue sin acometer la prometida limpieza del sector público. En la mayoría de casos, la decisión de acabar con estas fundaciones se remonta a 2012, cuando el ejecutivo de Fabra aprobó una segunda ronda de ajustes.
La Conselleria de Hacienda acaba de tomar medidas para tratar de desbloquear las liquidaciones pendientes.