El Partido Popular hizo público ayer el nombre de María José Catalá como candidata a la alcaldía de València. En un camino que ha durado casi dos años se han producido debates internos, sondeos, tanteos y descartes que han generado un proceso de dudoso beneficio para la formación popular. Ante la ausencia de unas primarias para la elección del aspirante, las vicisitudes para la designación de la candidata han quedado al descubierto en un recorrido que en algunos momentos ha rozado el esperpento y donde se han mezclado los bulos con las realidades, el fuego amigo con la intención de desgastar a rivales y otras lindezas propias de la carrera por ocupar la cabeza de cartel.