¡Es la guerra, es la guerra (de aranceles)”. Un día te despiertas y los titulares están copados por gente importante amenazándose unos a otros con subir un 10 %, un 20 %, un 60 %, un 125 % los impuestos a la importación de un porrón de cachivaches y materias primas. Otro día más en la oficina de la desesperación ciudadana internacional. Ahora Trump decide congelar 90 días los gravámenes arancelarios, ahora China le dice que si se pone chulo se los sube un 345 %, ahora la UE le hace una petorreta a Estados Unidos. ¿Es que acaso una mujer no puede comprar un paquete de café tranquilamente sin verse arrastrada por la vorágine macroeconómica? Se ve que no.
Pero no todo van a ser histerias bursátiles. En Lavapiés hay un hombre con un sueño. Coincidiendo con la presentación de su nuevo libro Enemigos íntimos, Pablo Iglesias ha lanzado una campaña de crowdfunding para ampliar la Taberna Garibaldi. Así, a través de la plataforma de micromecenazgo Goteo.org, busca recaudar unos 140.000 euros para reformarla y, con ello, poder “acoger más iniciativas culturales y actos políticos”. “Éramos tres soñadores: un poeta, un cantautor y un profesor de Políticas. No queríamos ganar dinero, pero sí ganar un espacio antifascista de libertad”, reza el texto de la campaña.
Cómo no, este capítulo incluye una nueva entrega de la aclamada sección ¿Qué ha hecho esta semana el exteniente general del Ejército de Tierra, vicepresidente y conseller para la Recuperación Económica y Social, Francisco José Gan Pampols?, porque claramente no podemos continuar viviendo sin saberlo. Y, por si fuera poco, también traemos lo último sobre la apasionante Liga Villaconejos, esa que en los círculos del fútbol amateur es llamada Liga Hypermotion.
Terminamos esta entrega de La Paella Rusa con nuestra propuesta cultural de la semana. En este caso, os recomendamos encarecidamente ver Banda sonora para un golpe de estado, de Johan Grimonprez (2024). ¡Dentro sinopsis! “El jazz y la descolonización se entrelazan en esta montaña rusa histórica que reescribe el episodio de la Guerra Fría que llevó a los músicos Abbey Lincoln y Max Roach a colarse en el Consejo de Seguridad de la ONU en protesta por el asesinato de Patrice Lumumba”.