VALÈNCIA. ¿Sabían que en la Seguridad Social no existe la especialidad de podología? Si tienes un problema con tus pies, te atiende el cirujano, el dermatólogo o, directamente, te dicen que vayas al podólogo...privado. Teniendo en cuenta que un simple dolor provocado por una uña puede crear patologías en el resto del cuerpo, quizá es algo que se tendría que revisar.
El podólogo y economista David Rodríguez ha acudido a los estudios de la 99.9 Plaza Radio y ha explicado cómo son y cuándo sufren los pies de los valencianos.
Uñas encarnadas, hongos, clavos, ojos de gallo o papilomas tienen un origen concreto pero también una solución. Y, como todo, cuánto antes se coja mejor
Por ejemplo, las uñas se pueden encarnar por cortarlas de forma incorrecta, por un golpe o por cuestiones genéticas. En este último caso, una simple intervención con anestesia local soluciona el problema para toda la vida. En el resto de casos, basta con aprender a cortar bien las uñas.
Con el buen tiempo y los pies que se empiezan a quedar al descubierto llegan las prisas para tenerlos perfectos. Es el momento en el que todo el mundo llama a la consulta del podólogo.
David Rodríguez, de la Clínica Medinensis, señala que no hay problema por llevar las uñas pintadas siempre que el esmalte no sea agresivo y no sea por tiempo superior a unos pocos meses. En caso contrario, pueden "salir" hongos que, aunque los tienen todo el mundo, crecen si se dan las condiciones idóneas: humedad, oclusión y calor. Es en ese momento en que los hongos ven el campo libre, crecen y se alimentan de la queratina de las uñas sin que nos demos cuenta hasta que se elimina el esmalte. Principalmente hay dos tipos de hongos, unos más agresivos, que cuesta más eliminarlos, y otros superficiales.
Ocurre lo mismo en el caso de las uñas postizas o de gel que, además de permitir que los hongos proliferen, debilitan las uñas.
Una creencia falsa es que los hongos no se cogen en las piscinas. Los hongos se tienen. Lo que ocurre en las piscinas es que, al salir de ellas, muchas veces no se secan bien los pies. Es imprescindible pasar bien la toalla entre los dedos y, si hay un problema de sudoración y humedad excesiva, recurrir a los polvos de talco de toda la vida para evitar que los hongos crezcan.
Lo que sí se coge en las piscinas, sobre todo en las duchas o en los bordes donde hay agua acumulada, es el virus del papiloma humano. Por ello, es necesario llevar chanclas siempre que se pueda.
El exceso de compresión, el tacón o la disposición de los dedos son alguna de las causas que causan callos. Aunque el podólogo elimine el callo volverá a salir si no se utiliza un calzado correcto.
"El calzado ideal es lo más parecido a una zapatilla buena de correr. Por una parte llevan una inclinación adecuada, entre dos y tres centímetros, la pala o parte anterior del zapato suele ser ancha para que el pie se expanda de la misma forma que el ala o la parte superior que suele ser de malla. Una buena zapatilla de deporte es mejor para el pie que cualquier zapato de piel", destaca Rodríguez.