Hoy es 9 de octubre
Tiene todos los ingredientes de un videojuego: virus que matan superbacterias, por cada una que se comen se multiplican, cazadores de fagos que luego los coleccionan como si fueran Pokémon, intercambio mundial de fagos… Pero la realidad, como muchas veces ocurre, supera la ficción. Pero vamos a empezar por el principio: ¿Cuántos de ustedes se han automedicado alguna vez? Seguro que muchos. Conlleva más riesgo para la salud de lo que pensamos. Por una parte, puede ser que la medicación no sea la indicada para lo que tenemos y se agrave. Pero otra consecuencia es que nuestro cuerpo se acostumbra y las bacterias se hacen resistentes a los antibióticos.
Una vez más, la ciencia viene en nuestra ayuda e investiga algo mucho más eficiente que los antibióticos para acabar con las bacterias que atacan nuestro organismo: los fagos. Además, no tienen efectos secundarios. Todo lo contrario, hacen más resistente el sistema inmunológico.
Pilar Domingo-Calap, investigadora Ramón y Cajal y directora del Grupo de Virología Ambiental y Biomédica del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (I2SysBio) de la Universidad de Valencia, ha explicado la importancia de estos virus para acabar con las bacterias resistentes a cualquier tratamiento. La terapia de bacteriófagos, fagos que se comen a baterías resistentes, es crucial para luchar contra uno de los principales problemas de salud pública a los que nos enfrentamos: actualmente las muertes causadas por bacterias superan a las producidas por los accidentes de tráfico y en 2050 será la primera causa de mortalidad en el mundo. Incluso, esa fecha se podría adelantar ya que debido a la pandemia de covid se ha incrementado el uso de antibióticos. De momento, el uso de fagos solo está aprobado para uso veterinario o bajo autorización expresa de la Agencia Española del Medicamento.
Hay muchos casos ya de muertes por infecciones de bacterias que no tienen tratamiento, y que hace años, con antibióticos comunes se hubiera erradicado sin complicación. Además, desde hace años no se desarrollan nuevos antibióticos, lo que agrava el problema.
Lo que hace el equipo de Pilar Domingo-Calap es buscar en la naturaleza los virus necesarios para acabar con esas bacterias. Es un método terapéutico, preventivo y de diagnóstico.
Pilar Domingo-Calap explica que su equipo de investigación tiene establecidos una serie de puntos de búsqueda de los que extraen muestras ambientales. Pueden ser aguas, suelos… en cualquier sitio se pueden encontrar fagos. Las bacterias están en todas partes pero la realidad es que hay diez veces más de virus fagos que son ‘’las entidades biológicas más abundantes del planeta. Hay tantos fagos como granos de arena y la mayoría ni se conocen’’, señala la investigadora Ramón y Cajal. Recientemente se encontró uno con forma de petardo y le llamaron Mascletvirus . La complicidad de la terapia con fagos es que son muy específicos. No solo hay un fago para combatir cada bacteria que causa una patología sino que, incluso, a veces es necesario un fago para cada persona que padece dicha patología.
Una de los principales beneficios de los fagos frente a los antibióticos es que no tienen efectos secundarios. Todo lo contrario: cada vez que un fago se come a una bacteria salen cien fagos que ayudan al sistema inmunitario. Además, los antibióticos acaban con todo, ‘’matan bacterias a cañonazos, tanto las malas como las buenas’’. Por ello, el antibiótico puede curar unas anginas pero provocar una infección de orina o una candidiasis. Esto no ocurre con los fagos. Además, los antibióticos no acaban con las bacterias sino que reducen su carga lo suficiente para que el sistema inmunológico pueda hacerles frente.
Actualmente, la Universidad de Valencia tiene una colección de 500 fagos y trabajan con centros de investigación de todo el mundo con los que intercambia fagos.
Además, tenemos un taller de cazadores de virus en Valencia, llamado VLC Phage Hunters que acude a los centros educativos de forma gratuita. Los alumnos les acompañan a buscar fagos y luego analizarlos.
Pero, como siempre, hace falta dinero para la investigación. Desde la Federación Española de Fibrosis Quística han hecho un llamamiento con la campaña Adopta Un Fago, que no está limitada solamente a los pacientes de fibrosis quística, sino a todos los colectivos vulnerables y a cualquier persona infectada por una bacteria resistente. ‘’Esto es algo que puede ocurrirle a cualquiera’’.
Pilar Domingo, que cuenta ya con varios teconocimientos nacionales e internacionales, acaba de. Recibir el premio de la Fundación Caser Dependencia y Sociedad 2023 en la categoría de I+D+I por su proyecto "Aislamiento y caracterización de nuevos fagos contra Mycobacterium abcesssus multiresistentes como terapia alternativa a los antibióticos en personas con fibrosis quística".