Aunque pensemos que unos días de vacaciones, en la playa o en la piscina, alejados del estrés del trabajo y con más tiempo para nuestro cuidado personal, puede ser bueno para nuestro organismo y nuestro cabello, en realidad no es así. Y una de las partes en las que más se nota es en nuestro pelo.
Por ejemplo, tan solo unos días de campo y playa pueden cambiar el aspecto, exterior e interior, de nuestro pelo. El sol, el calor, el cloro, el salitre, la cal o el viento desequilibran, rompen, deshidratan, cambian de textura y hacen más frágil nuestra melena.
El color del pelo, por ejemplo, se aclara. Incluso muchas personas, de ser castañas pasan a tener un tono rubio pajizo. Realmente no es que nuestro pelo cambie de color de forma natural, sino que se quema.
El doctor David Sampayo, cirujano especialista en medicina capilar y estética, ha dado las claves para recuperar el pelo de del maltrato al que lo sometemos en verano y evitar repetir los mismos errores todos los años.
En primer lugar hay que enjuagarse el pelo cada vez salimos del mar o de la piscina, al igual que hacemos con los bañadores. También hay que usar protectores capilares para reducir los daños del sol.
Además, los productos no pueden ser los mismos que nos ponemos durante todo el año. No se puede utilizar la misma mascarilla en invierno que en verano. En la época más calurosa se deben usar productos de mayor calidad que hidraten y protejan la parte superior de nuestra cabeza.
Además, al tener más tiempo para salir y arreglarnos, aumenta la utilización de planchas del pelo y otros tratamientos térmicos que destruyen el pelo.
Lo mejor, antes de irnos de vacaciones y poder disfrutar de ellas, es acudir a un especialista y preparar el pelo para lo que se nos viene encima. Pero si somos de los que no prevenimos sino que remediamos, hay diferentes tratamientos a la vuelta de vacaciones, entre los que se encuentra el peeling capilar. No solo la piel visible necesita exfoliación. Realmente, la piel de la cara es la misma que la del cuero cabelludo, es la continuación por lo que también nos pide a gritos esta técnica que evita que los poros del cuero cabelludo se obstruyan y el cabello no crezca fuerte y vigoroso. También se debe mejorar la hidratación, el colágeno y recuperarnos del estrés que, aunque parezca que no, también se da en vacaciones…y mucho. El estrés aumenta el cortisol, la testosterona y el folículo se hace más fino. El estrés no solo lo provoca nuestro estado de ánimo sino también si no cuidamos nuestro cuerpo en todos los sentidos, sobre todo el alimenticio.
El cirujano capilar destaca que "el cuerpo es muy sabio y, si hay déficit alimenticio, es el último en recibir el alimento. También es el primero en estar expuesto a los tóxicos. El pelo es la última parte que le importa al cuerpo, a diferencia de lo que ocurre con el pulmón, el páncreas... Si hay poco alimento se dirige hacia donde más lo necesitas".
También es fundamental lo que se come o lo que se deja de comer. "Está demostrado que el ayuno es bueno. Lo que hay que controlar es el tipo de alimento que se toma cuando no se ayuna. No se deben eliminar grasas, ni tomar solo proteínas. En cambio, todos los azúcares hay que eliminarlos porque son perjudiciales para el organismo". Más aún, el doctor Sampayo lanza una advertencia: "El azúcar es igual a cáncer. Las células malignas se alimentan del azúcar". Hay que asegurarnos de aportar a nuestro organismo todas las vitaminas que necesita, aunque sea en forma de suplementos.
¿Cuántas naranjas debemos consumir al día para que aporten la vitamina C necesaria? Se sorprenderían.