Hoy es 5 de octubre
ALICANTE. Esta semana en La Entrevista de Alicante Plaza charlamos con Ignacio Gally, decano del Ilustre Colegio de la Abogacía de Alicante (ICALI). Hablamos con él sobre la situación de la profesión, una que es víctima de muchos clichés fantasiosos y negativos. Abordamos también la formación de los futuros abogados y los problemas que subyacen en el sistema educativo actual. Terminamos la entrevista con un poco de música, recomendando asistir a los conciertos de su grupo musical que versiona clásicos de los ochenta.
Los Colegios de Abogados forman parte de una de las instituciones colegiadas más importantes de España, no ejercen un papel simbólico o testimonial sino que la obligatoriedad de que sus profesionales se colegien ejerce una influencia activa en el sector. Fue en 1943 cuando se conformaron oficialmente estas entidades con la creación del Consejo General de los Ilustres Colegios de Abogados. Representa el escudo, el acompañante en el que los letrados se amparan para lidiar con las duras batallas diarias con las que la profesión liberal del abogado tiene que hacer frente. Gally se sincera en la entrevista y asegura tener como una de sus prioridades en el plan de acción el impulso para que los colegiados conozcan las funciones y los servicios de ICALI, ya que asegura que en la vida de la institución participan menos abogados de los que le gustaría.
Abordamos en la charla los tópicos propios de la profesión, unos que tienden a demonizar a la figura y a reducir a la máxima expresión la clásica caricatura del picapleitos. Al ser preguntado por el artículo El peor oficio del mundo que hace algunos años escribió el columnista David Gistau, se revuelve y de manera tajante asegura que no cree que sea el peor trabajo del mundo sino el mejor. Ataja todas esas iconografías proyectadas por las series de televisión en las que se representa a un tipo de letrado alejado de la realidad. Huye de la caracterización del tiburón sin escrúpulos y vuelve a resaltar la necesidad de que en la ecuación para ser un buen abogado esté presente la variable y la cualidad de ser una buena persona.
En relación a la problemática que atañe al oficio, asegura que la dificultades a las que tienen que hacer frente están relacionadas con determinadas crisis que parece que nunca se terminan de arreglar. El turno de oficio sigue generando dolores de cabeza a los compañeros abogados, el cual no está establecido como se merece. Por no hablar del problema de las mutualidades, ese paraguas en el que los abogados esperaban resguardarse una vez colgaran la toga pero que con el transcurso de los años ha sido una ilusión; no les queda más que vivir con incertidumbre la etapa de su jubilación.
El desarrollo de la conversación desemboca en una de las carencias que más preocupan a los profesionales consolidados, aquellos que deben apostar por las nuevas generaciones de abogados y se encuentran que tras cuatro años en la Universidad formándose para ejercer la profesión, no saben redactar contratos de arrendamiento o demandas. Gally sugiere que la Facultad de Derecho debería imitar la formación que tienen los médicos, salvando las distancias, y elaborar un plan de estudio más enfocado en la práctica jurídica.
Ignacio Gally fue uno de los abogados defensores de la ex alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, en aquel caso por el que fue enjuiciado por presunta corrupción, causa de la que fue absuelta en 2021. Nos cuenta su experiencia abordando las consecuencias de la pena de telediario.