El primer futbolista de la Europa comunista que militó en el Valencia llegó a la ciudad huyendo de las connotaciones sexuales de su apellido, pero muy implicado en las costumbres eróticas de la Valencia más canalla.
En el verano de 1989, el Valencia, bajo la presidencia de Arturo Tuzón, realizó su primer fichaje en países del bloque comunista. Tras una ardua negociación, lograron incorporar a un delantero búlgaro llamado Penev Aunque talentoso, su adaptación a la vida occidental fue turbulenta, mostrando un estilo de vida ostentoso y poco convencional para los estándares del fútbol de la época.
En el campo, Penev demostró ser un excelente jugador, ganándose el cariño de la afición valencianista. Sin embargo, fuera de él, su comportamiento extravagante y sus excesos en locales de dudosa reputación fueron motivo de controversia. A pesar de su talento futbolístico, su paso por el Valencia estuvo marcado por escándalos y conflictos, especialmente con la directiva del club. Finalmente, dejó el equipo en 1995 tras enfrentamientos con la nueva dirección encabezada por Paco Roig. Su historia en el Valencia quedó marcada por su controvertido estilo de vida y sus desavenencias con la dirigencia del club.