La jornada “Hazlo bien y hazlo saber: hacer industria en Castellón”, organizada por GAIN, ha reunido a protagonistas clave del ecosistema industrial de la provincia. Una de las voces más esperadas era la de Romina Moya, fundadora de GAIN y promotora del proyecto Castellón Industrial, que ha compartido su visión estratégica sobre el papel de las Entidades de Gestión y Modernización (EGM), los aprendizajes acumulados y los retos de un modelo que ha llegado para quedarse.
“Esto ha sido mucho más que una jornada. Ha sido un punto de encuentro, de networking, de alegría por reunir a quienes formamos parte de un proyecto que ya tiene impacto real”, afirma Moya, visiblemente emocionada. “Es un sector muy importante, con mucho impacto, pero todavía muy desconocido. Y eso hay que cambiarlo”.
Las áreas industriales: ciudades que no se duermen
Una de las ideas más poderosas que deja la conversación con Romina Moya es la visión de las áreas industriales como auténticas ciudades diurnas. “Una zona industrial no es solo un conjunto de empresas. Es una ciudad que funciona durante el día. Solo que nadie duerme allí ni vota allí. Y por eso han sido tradicionalmente olvidadas”, sostiene.
Esta realidad invisibilizada ha tenido consecuencias directas: falta de servicios, infraestructuras deficientes y una gestión fragmentada. Las EGM, en su opinión, vienen a cambiar eso: “Nos dedicamos a que esas zonas tengan la misma calidad de vida que las ciudades. Porque las personas que trabajan allí también tienen derecho a un entorno digno”.
La clave: profesionalización
Para Moya, la palabra que marca la diferencia es clara: profesionalización. “Cuando una empresa quiere crecer, profesionaliza su gestión. Lo mismo debe ocurrir con los polígonos”, argumenta. “Hasta ahora no se había profesionalizado la gestión de las áreas industriales. La ley de 2018 lo ha hecho posible”.
Reconoce que ser pioneros ha tenido un coste: “Quien da primero, da dos veces… pero también se lleva todas las hostias. Hemos aprendido cometiendo errores, porque cada municipio es diferente y necesita un ‘traje a medida’”.
Un sector lleno de datos… y de personas
GAIN ha desarrollado ya nueve herramientas tecnológicas para agilizar la gestión y análisis de las EGM. “Es un trabajo de años, pero tenía todo el sentido. Soy ingeniera informática y pensé que nunca me serviría… hasta ahora. El volumen de datos que manejamos es brutal: propiedad, uso, accesibilidad, riesgos, censo… Sin tecnología no podríamos”.
Pero, al mismo tiempo, insiste en que la clave sigue estando en las personas: “Sin empatía, sin propósito compartido, esto no funciona. Porque al final no gestionamos naves, gestionamos relaciones entre personas, con sus dudas, sus miedos y sus prioridades”.
El reto de la cuota y la visión a largo plazo
Uno de los principales escollos a la hora de crear nuevas EGM es la percepción de que suponen un “gasto extra”. “La gente oye ‘cuota’ y se pone en guardia. Pero lo difícil no es pagar, es ver el beneficio a medio plazo. Por eso cuesta tanto arrancar”, reconoce.
Romina recuerda que algunas EGM apenas tienen 3.000 euros de presupuesto anual. “¿Qué se puede hacer con eso? Saludar. Y poco más. Otras ya tienen 60.000, como Almussafes. Sigue siendo poco, pero es el camino. La clave es demostrar que con lo poco que se paga, se obtiene mucho”.
Una tarea compartida con la administración
Moya no rehúye la autocrítica, pero también lanza un mensaje claro a las administraciones: “La profesionalización no puede depender solo de nosotros. Hay que exigir resultados, pero también facilitar recursos. Técnicos, políticos y gestores deben estar alineados. Y eso no siempre ocurre”.
Por eso defiende la colaboración público-privada como un modelo no solo deseable, sino imprescindible: “El reto es inmenso, pero apasionante. Y no se trata de competir, sino de cooperar. Por eso pido competencia buena. Porque hay mucho por hacer. Y no podemos hacerlo solos”.
Un propósito claro: cambiar la realidad
Romina Moya publicó hace un año un libro titulado Cambiando la realidad. Ese título resume también su misión al frente de GAIN y Castellón Industrial. “Queremos cambiar la realidad de las áreas industriales para bien. Que dejen de ser zonas olvidadas y se conviertan en referentes de modernidad, sostenibilidad y cohesión”.
Como broche final a la jornada, lanza un mensaje de optimismo y perseverancia: “No todos los ejemplos son brillantes, pero algunos lo están haciendo muy bien. Y eso nos da fuerza para seguir. El foco está claro: propósito, profesionalización y personas”.