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Salvador Navarro: “Ponga una EGM en su municipio”

Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana, destaca el papel clave de las EGM en el desarrollo industrial y sitúa a Castellón como ejemplo a seguir

“Ponga una EGM en su municipio.” Con esta frase directa y sin ambages, Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana (CEV), resume su visión sobre el papel que deben jugar las Entidades de Gestión y Modernización (EGM) en el futuro de las áreas industriales valencianas. Lo ha hecho durante la jornada Hazlo bien y hazlo saber: hacer industria en Castellón, organizada por GAIN en Alquerías del Niño Perdido, en la que ha reafirmado la necesidad de apostar por este modelo de gobernanza compartida entre empresas y administración.

“Las EGM ya eran importantes antes de la DANA, pero después lo son aún más”, señala Navarro. “La emergencia climática evidenció que los polígonos no estaban preparados y que, cuando existe una EGM, hay una estructura organizada para responder, dialogar y plantear soluciones”.

 

Una estructura eficaz para un problema histórico

Para el presidente de la CEV, uno de los mayores logros del modelo EGM es haber cambiado el papel tradicional de los polígonos industriales ante los ayuntamientos. “Hasta hace poco, los polígonos solo contaban para tributar. Con las EGM se convierten en órganos con voz propia, una especie de consejo de administración del área industrial”, afirma. “Todos participan, todos tienen derechos y obligaciones, y eso los fortalece”.

Este cambio no es solo estructural, sino también cultural. La Ley 14/2018, que regula estas entidades, nació en la Comunitat Valenciana y ha sido replicada en otras comunidades. “Somos pioneros en esta materia, pero aún queda recorrido. Hay muchos parques industriales que todavía deben dar el paso”, recuerda Navarro.

 

Derechos, obligaciones y capacidad de interlocución

El presidente de la patronal valenciana destaca que las EGM no son simplemente asociaciones empresariales al uso. “No quiero decir que sean un arma, pero sí son una herramienta afinada para plantear demandas y negociar con la administración”, explica. “Permiten estructurar la interlocución, reforzar la prevención ante emergencias, y diseñar planes de actuación antes, durante y después de una crisis como la DANA”.

Además, señala que la administración también se beneficia de este modelo: “Las EGM son un apoyo para los ayuntamientos, porque articulan las peticiones de forma más clara y colaborativa”.

 

El papel de la CEV como paraguas para las EGM

Desde la Confederación Empresarial se defiende el papel de las EGM como estructuras transversales y estratégicas para la economía regional. “La CEV es la suma de asociaciones sectoriales y territoriales. En ese sentido, las EGM encajan perfectamente, porque defienden el interés general de las áreas industriales”, asegura Navarro.

De hecho, las EGM tienen representación en la Junta Directiva de la propia Confederación, lo que refuerza su influencia en la toma de decisiones. “Es importante que estas entidades se integren en las estructuras empresariales de representación, porque eso las legitima y potencia”.

 

Los ayuntamientos deben implicarse más allá de lo fiscal

Navarro también lanza un mensaje claro a los consistorios: “No puede ser que los polígonos solo existan para recaudar. Tienen que reconocerse como espacios económicos vitales para el municipio, aunque no vivan ciudadanos allí ni se celebren elecciones”.

A su juicio, el compromiso de los ayuntamientos debe pasar por ofrecer apoyo real a las necesidades de las áreas industriales: mantenimiento, accesos, seguridad, limpieza y otros servicios básicos. “La colaboración público-privada, bien entendida, es el modelo que debe imperar, y las EGM son una de sus mejores expresiones”, sostiene.

 

Castellón, una hoja de ruta industrial para toda España

Durante la entrevista, Navarro ha elogiado el papel que desempeña Castellón como provincia referente en política industrial. “Tiene un peso industrial que no tiene ninguna otra provincia. Lo ha tenido siempre, y ahora con las EGM vuelve a marcar el camino”, asegura. “Castellón demuestra que cuando empresas y ayuntamientos van de la mano, se puede construir una hoja de ruta replicable para toda España”.

El presidente de la CEV insiste en que el éxito de Castellón no es casualidad: responde a una tradición industrial sólida, un tejido empresarial cohesionado y una voluntad real de colaboración.

 

Evangelización empresarial y complicidad institucional

A la pregunta sobre cómo avanzar en municipios donde aún no hay EGM, Navarro responde con claridad: “Hay que hacer pedagogía. Las empresas que ya forman parte de una EGM deben explicar sus beneficios. Es un trabajo de ‘evangelización’ interna dentro del polígono”.

Por su parte, las administraciones deben perder el miedo a empoderar a las áreas industriales. “Una EGM fuerte no es una amenaza, es un aliado. Cuanto más organizada esté una zona industrial, mejor será su interlocución con el Ayuntamiento y más eficaz su gestión”, concluye.

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